
Tras intensos trabajos de restauración, la hacienda Fraternidad sobresale hoy con atributos culturales y turísticos en el paisaje arqueológico de los cafetales franceses del suroriente cubano, declarado hace casi 20 años Patrimonio de la Humanidad.
Fuentes del Centro para la interpretación y divulgación de esos tesoros, conocido como Casa Dranguet, apuntaron que ese enclave, situado en el asentamiento de Ramón de Las Yaguas, del municipio de Songo-La Maya, deviene otro punto de atracción en ese panorama de notables valores naturales y de identidad.
Junto a las potencialidades para el turismo de naturaleza y patrimonial, exaltaron las derivadas de la participación comunitaria con una población que se involucra en esos empeños, con beneficios económicos y de desarrollo rural para elevar el bienestar humano y los aportes productivos sostenibles.
Explicaron que en Fraternidad funcionará el centro de interpretación de la cultura rural del café, que pondrá en contacto a los visitantes con elementos modernos de esa producción agrícola e industrial y complementará las muestras de prácticas más antiguas, exhibidas en La Isabelica, circuito de La Gran Piedra.
Uno de los proyectos más anhelados por los vecinos y los especialistas es la construcción de una carretera que enlazará a esos predios montañosos con esta ciudad, con todas las posibilidades de comunicación, comercio y superación que implicaría.
El acceso al agua potable y la disponibilidad para la evacuación de desechos sólidos son otros dos objetivos para quienes viven y trabajan en estos ámbitos, incluidos en la iniciativa internacional Los Caminos del Café.
Escrito por Martha cabrales y publicado en Prensa Latina